Mireia.

Cuando la vida te reta hay que plantarle cara.
Nadie dijo que hacerlo fuera fácil pero con actitud y perseverancia se puede conseguir. Alguien me dijo una vez que quien aguanta gana y aquí tenemos un ejemplo de ello.
Os presento uno de mis últimos proyectos y más potentes por lo que ha significado para mí. Todo un reto del cual estoy muy contenta con el resultado. ​

Mireia es una chica como tú, como yo, pero tiene algo que la hace distinta, padece el síndrome de Usher. Una enfermedad hereditaria que causa una pérdida grave de la audición y retinitis pigmentosa. Es un trastorno ocular que causa un deterioro de la visión con el tiempo.

Si me lees y ahora mismo estás sintiendo lástima, te animo a que cambies el chip ya que es un cañón de mujer que desprende todo lo contrario y en esta sesión de fotos lo confirmó. 

Tiene muy claro que su misión es representar a los que como ella pueden estar pasando por la misma situación o similar, romper barreras y darles voz. Que la vida puede haberte puesto alguna que otra piedra en el camino pero que si quieres puedes con todo.

Captarla fue simplemente espectacular. No solo por su belleza y frescura, que también. El reto era presentarle al mundo su forma de vivir la enfermedad, educar sobre ella, potenciar la integración y creo que lo conseguimos.

Fijaos en los detalles. No escondemos nada, es más, todo lo que ella necesita para su día a día se incluye con toda naturalidad en las imágenes. Su bastón con franjas rojas indicando que es sordociega y el implante coclear forman parte de ella y queríamos dejar claro que no hay que esconder nada, todo lo contrario, hay que MOSTRAR.

Hay que mostrar al mundo para educar en la integración, en la aceptación, en el conocimiento. Nadie es perfecto y todos somos maravillosos en nuestras diferencias. Y que si la vida te da “un revés” pues te sacudes y te levantas.
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Mireia gracias por ser el ejemplo de que a la vida se viene a jugar. 
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